Durante un tiempo el año pasado, científicos ofrecieron una esperanza de que la inteligencia artificial aportara positivamente a la democracia, pero ahora su habilidad para persuadir políticamente preocupa en España, donde podría amplificar la desinformación en redes sociales y erosionar la confianza ciudadana en elecciones clave como las europeas, desafiando teorías conspirativas sobre temas sensibles que circulan rápidamente entre los españoles...