Cartagena de Indias, en Colombia, prohibirá sus emblemáticos carruajes tirados por caballos, sustituyéndolos por buggies eléctricos, una medida que divide a la ciudad histórica entre tradición, turismo y bienestar animal. Para España, este cambio resuena en ciudades como Sevilla o Cartagena española, donde debates similares sobre carruajes cuestionan el futuro del turismo cultural y el bienestar animal, afectando la economía de miles de familias dedicadas a estas tradiciones que generan empleo y atraen visitantes europeos.