Las grandes tecnológicas de Estados Unidos aceleran su ofensiva propagandística ante el rechazo creciente de los votantes a los centros de datos de IA, que generan un consumo masivo de energía y contaminación. Esto impacta directamente a España, donde las multinacionales buscan expandir estas infraestructuras energívoras, elevando los precios de la electricidad para los hogares españoles y comprometiendo la transición energética europea, mientras los ciudadanos de España exigen regulaciones más estrictas para proteger su economía y medio ambiente.